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Posted by : Unknown
martes, 25 de noviembre de 2014
Formas y dimensiones: La mayoría de los tornados
adoptan la forma de un estrecho embudo, de unos
pocos cientos de metros de ancho, con una pequeña nube expansiva de desechos
cerca del suelo, al menos, en su etapa inicial. Los tornados pueden quedar
obscurecidos completamente por lluvia o polvo, y si es así, son particularmente
peligrosos, puesto que incluso los meteorólogos experimentados podrían no
verlos.
Los tornados, no obstante, se
pueden manifestar de muchas formas y tamaños. Las pequeñas y relativamente
débiles trombas terrestres, por ejemplo, no pueden verse más que como un
pequeño torbellino de polvo sobre el suelo. Aunque el embudo de condensación puede
no extenderse desde el suelo, si los vientos asociados en la superficie superan
los 64 km/h, la circulación es considerada un tornado.
Los tornados en su etapa de
disipación pueden parecer tubos estrechos o cuerdas, y con frecuencia se rizan
o tuercen en formas complejas. Se dice que estos tornados están en su «fase de
cuerda», o convirtiéndose en un «tornado en cuerda». Cuando toman esta forma,
la longitud de su embudo se incrementa, lo que fuerza a los vientos dentro del
mismo a debilitarse debido a la conservación del momento
angular.
Los tornados con múltiples
vórtices, por su parte, pueden parecer una familia de remolinos girando
alrededor de un centro común, o pueden quedar completamente oscurecidos por la
condensación, el polvo y los desechos, aparentando ser un solo embudo.
APARIENCIA: Los tornados pueden ser de una
gran variedad de colores, dependiendo del ambiente en el que se formen.
Aquellos que se desarrollan en un entorno seco pueden ser prácticamente
invisibles, apenas distinguibles sólo gracias a los desechos en circulación en
la base del embudo. Los embudos de condensación que levantan pocos desechos o
no los levantan pueden ser grises o blancos.
Al viajar por encima de un cuerpo
de agua, como lo hacen las trombas marinas, pueden volverse muy blancos o hasta
azules. Los embudos que se mueven lentamente, consumiendo grandes cantidades de
desechos y tierra, generalmente son más oscuros, tomando el color de los desechos.
Por su parte, los tornados en las Grandes
Llanuras pueden volverse rojos debido al tinte rojizo de la tierra, y
los tornados en zonas montañosas pueden viajar sobre terrenos cubiertos de nieve, volviéndose de
un blanco brillante.
Un factor importante que
determina la apariencia de un tornado son las condiciones de iluminación.
Un tornado que esté siendo iluminado
por su parte posterior (visto con el sol detrás de él) se
ve muy oscuro. El mismo tornado, visto con el sol a espaldas del observador,
puede verse gris o blanco brillante. Los tornados que se forman durante
el ocaso pueden
ser de muchos colores diferentes, presentando tonos de amarillo, anaranjado y
rosa.
ROTACIÓN: Los tornados están formados por
dos tipos de movimientos verticales del aire: uno anticiclónico con
giro horario, formado por el aire frío y seco que desciende disminuyendo su
radio y por lo tanto, aumentando su velocidad de giro, y otro ascendente, que
constituye un área ciclónica, cuyo radio de acción va aumentando en espiral al
ir ascendiendo en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio
norte, y en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio
sur.
Al contrario de lo que sucede con
la especie de embudo anticiclónico descendente, a medida que asciende el aire
caliente se va ensanchando, con lo que pierde velocidad y, obviamente, energía.
Las súperceldas y
los tornados giran ciclónica mente en simulaciones numéricas incluso
cuando el efecto Coriolis es ignorado.
Los tornados y meso
ciclones de bajo nivel deben su rotación a procesos complejos dentro
de la súpercelda y el medio ambiente.